Alegría. Se trata de una emoción positiva que suele venir acompañada de bienestar y gozo. Se genera como resultado de un acontecimiento positivo. Este tipo de emoción suele ser pasajera, es decir, no suele durar mucho tiempo. Por ejemplo, alguien nos regala un ramo de flores y nos sentimos alegres, aun así, cuando el momento pasa la alegría cesa.
Felicidad. Va más allá de la alegría porque se trata de un estado general. Sería el estado resultante de una prolongación en el tiempo de la alegría. No hay tanta demostración de gozo. Por ejemplo, las cosas en la vida salen como nosotros queremos, nos va bien en el trabajo, a nivel personal, etc. y esto hace que seamos felices.
Alegría | Felicidad |
Expresión: emoción y gozo | Poca expresión |
Pasajera | Duradera |
Estado momentáneo | Estado general |
Se debe tener en cuenta que en castellano decimos: “estar” alegres y “ser felices”. Por lo tanto, en el léxico del idioma ya se hace la distinción sobre la principal diferencia entre la alegría (algo situacional) y la felicidad (un estado).
¿Cómo entrenar la alegría?
La alegría, como el resto de emociones, se puede entrenar y para ello existen una serie de técnicas:
- Conócete a ti mismo. Tienes que conocer qué te hace feliz, solo de esta manera puedes realizar actividades que te resulten placenteras. Para ello, deberás reflexionar sobre qué cosas te han hecho feliz durante los últimos meses y volver a ponerlas en marcha.
- Aprende a pensar de manera positiva. En muchas ocasiones somos negativos y esto hace que nos veamos inmersos en un círculo vicioso de negatividad. Debemos romper este círculo y para ello tenemos que pensar de manera positiva y aprender a ver el lado bueno de las cosas. Por ejemplo, una persona que se cae delante de sus compañeros en una reunión importante, tiene dos opciones. Por un lado, ponerse triste y pensar que todo el mundo se va a reír de ella. Por otro lado, puede reírse de la situación y hacer algún comentario jocoso.
- Entrena el autoconcepto. Como hemos visto, la alegría mejora el autoconcepto. Sin embargo, mejorar el autoconcepto también nos ayudará a entrenar nuestra alegría. Cuando nos sentimos bien con nosotros mismos tenemos más probabilidades de ser personas alegres. Para entrenar el autoconcepto lo recomendable es: aprender a aceptar las críticas, trabajar la asertividad, aceptarte y tratarte con cariño, etc.
- Trabajar la asertividad. Para poder estar alegres tenemos que defender nuestros derechos, pero sin pisar los de otras personas.
- Habilidades de resolución de problemas. La vida no es siempre alegre y en muchas ocasiones se generarán conflictos que debemos saber solucionar de una manera adecuada para que no repercutan en nuestra alegría.
- Se empático con los demás. Para poder disfrutar de la alegría debemos ser empáticos y no alegrarnos del mal ajeno.
- Pide ayuda. Si no eres capaz de entrenar tu alegría o si la alegría inunda tu vida (como hemos visto la alegría excesiva se puede producir en episodios maníacos) pide ayuda.
En resumen, como hemos visto la alegría es una emoción que se produce como respuesta a algo placentero. Existen diferentes tipos y no todos ellos son positivos y es que los tipos de alegría simulada, maligna o patológica pueden llegar a ser negativas tanto para nosotros como para los demás.
La alegría positiva puede tener diversos beneficios tanto psicológicos como físicos, por ejemplo, aumento de la longevidad, mejor calidad de sueño, mayor bienestar emocional, etc. Aun así, debemos recordar que no es lo mismo que la felicidad. La alegría es pasajera y la felicidad es un estado que se puede prolongar en el tiempo.
La alegría, como el resto de emociones, se puede entrenar mediante el autoconocimiento, la empatía, la habilidad de resolución de problemas, etc. Sin embargo, si no eres capaz de entrenarla o si la alegría inunda tu vida, lo más recomendable es que pidas ayuda a un profesional.