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¿Qué es? El miedo es la reacción que se produce ante un peligro inminente.

¿Qué nos produce miedo?

La variedad de estímulos que genera esta emoción en nosotros, son tan enteros, tan extensos que se nos hace imposible enumerarlos. Cualquier cosa puede provocar miedo en una determinada persona.

Si cabe destacar que todos estos estímulos tienen en común que se pueden adquirir por distintas vías:

  • A través de la cultura.
  • Por aprendizaje vicario. (No hace falta que la persona tenga contacto directo con el estímulo al que tienen miedo. Basta con observar esta reacción en una persona que tenga de referencia).
  • Por condicionamiento clásico. Vamos a poner el ejemplo del Pequeño Albert, un niño de dos años al que Skinner (padre del conductismo radical) instauró el miedo a las ratas. Esto lo consiguió de la siguiente manera: “Al principio el niño, no mostraba miedo a nada. Skinner, le acercaba una rata al niño y no le causaba ninguna reacción emocional, simplemente quería jugar con ella. Sin embargo, Skinner quiso desarrollar el miedo en el niño con lo que, cada vez que le presentaba la rata provocada un intenso ruido (estímulo incondicionado que generaba miedo en el niño). El cual, se ponía a llorar simultáneamente. A medida que se iban repitiendo las asociaciones entre el ruido (estímulo incondicionado) y la rata, Albert, iba adquiriendo un miedo más intenso hacia esta última que se convirtió en estímulo condicionado (EC). Hasta tal punto que el pobre niño finalmente generalizó ese miedo a todas las cosas blancas. Esto es, lo que se denomina condicionamiento clásico y es un método muy utilizado dentro de la psicología clínica para superar las fobias por ejemplo”.

Procesamiento

Cuando sentimos miedo creemos que tenemos una baja capacidad de control y de predicción. No obstante, consideramos que necesitamos hacerle frente de manera inminente y para ello, movilizamos toda una serie de comportamientos. Siempre evitamos y/o escapamos de aquello que nos produce ese temor.

¿Para qué sirve el miedo?

Fundamentalmente, nos sirve para “reaccionar “y escapar eficazmente cualquier peligro inminente.

Efectos físicos

El miedo nos paraliza y nos hace fijar toda nuestra atención en el estímulo desencadenante.

Además en aquellos casos en los que sea necesario nos facilitará las conductas defensivas.

Entre otras reacciones fisiológicas se encuentran las siguientes un aumento de la presión cardiaca, sudoración, dilatación de pupilas, descenso de la temperatura corporal, aumento de conductancia de la piel, aumento del tono muscular llegando incluso al agarrotamiento.

Además hay veces que el estímulo elicitador de esta emoción, genera en nosotros una respuesta de sobresalto cuando se produce de forma muy inesperada.

Efectos subjetivos

Los principales efectos subjetivos del miedo son: una gran sensación de malestar, preocupación y en un gran número de ocasiones la sensación de pérdida total del control.

Expresión corporal

Cuando sentimos miedo nuestra cara se caracteriza principalmente por:

  • Contracción de las cejas.
  • Separación de los labios.
  • Elevación de la parte inferior de las cejas.
  • Contracción y descenso de las cejas.
  • Alargamiento de la comisura de los labios.

Más del 50% de las personas que experimenta temor presentan silencios y en la mayoría de los casos se produce un aumento del tono de voz.

Afrontamiento

Hay cuatro estrategias diferentes para enfrentarse al estímulo amenazador: Inmovilizarse, amenazar o atacar, retirarse, y tratar de evitar el ataque del otro.

Consecuencias del miedo

Como hemos visto es una emoción que resulta muy útil a la hora de escapar de peligros o potenciales peligros. Sin embargo, no hay que olvidar que también es una barrera que te impide vivir la vida. En caso, de que sea excesivo: “El miedo nos paraliza, nos bloquea emocionalmente y nos dificulta disfrutar en muchas ocasiones de los pequeños o grandes placeres de la vida”.

El miedo, da lugar a una enorme cantidad de trastornos psicológicos. Entre ellos cabe destacar:

  • Trastornos obsesivos compulsivos.
  • Trastornos de ansiedad.
  • Ataques de pánico.
  • Síndrome de estrés postraumático.
  • Fobias. Para que algo se considere una fobia deben darse en las siguientes características:
    • Evitar inevitablemente el estímulo o la condición desencadenante.
    • La sensación de miedo es desproporcionada en comparación con el peligro real de la misma.
    • No podemos controlarlo.
    • Producen un cierto grado de desasosiego y malestar.
    • No existe una justificación real a ese sentimiento.

La psicología clínica es un recurso a veces necesario para superar estos trastornos ya que la persona afectada se ve muy limitada en su día a día. En aquellos casos donde la gravedad sea extrema la medicación consigue efectos muy beneficiosos. No hay que olvidar, que nunca podemos auto medicarnos.

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Claudio Waintraub

Claudio Waintraub

Coach Ontológico Profesional Certificación AACOP y FICOP

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