Y es que, cuando decimos “no” a alguien que nos está diciendo de hacer algo que va en contra de nosotros mismos, estamos evitando y potenciando una serie de factores. Estos son:
- Evitamos la manipulación. Al hacer algo que no queremos, sentimos que nos están manipulando y que se están aprovechando de nosotros. Esto provoca que sintamos resentimiento hacia la persona que nos resulta abusiva.
- Potenciamos la autoestima. Negarse aumenta la seguridad en nosotros mismos y la sensación de libertad. Nos permite desarrollar confianza en nosotros mismos, sabiendo tomar nuestras propias decisiones y dirigir nuestra vida.
- Evitamos posibles complicaciones. Si no nos negamos, podemos vernos implicados en situaciones de las que posteriormente nos vamos arrepentir. Esto generará malestar emocional y negatividad hacia nosotros mismos.
¿Y por qué tenemos miedo a decir que no?
Según el tipo de situación es normal que de miedo negarnos. Pero cuando cedemos continuamente ante algo que va en contra nuestro, supone un problema. Esto se debe, en primer lugar, al sentimiento de culpabilidad y la idea de ser una mala persona. Para evitar pasar por todo esto, se cede sin estar de acuerdo.
En segundo lugar, por posibles conflictos posteriores. Las personas no asertivas anticipan que, si se niegan a algo, se desencadenará un conflicto mayor que no sabrán gestionar.
Finalmente, algunas personas no se niegan por miedo a que los demás se enfaden con ellas. Se anticipa la idea de que negarse provocará enfado e incluso la pérdida de relación con las otras personas.
Claves para saber decir no de forma asertiva
Lo primero que debes hacer antes de practicar es identificar aquellas situaciones en las que no sabes decir que no, cómo te pasa y ante quién. Reflexiona sobre tus emociones, qué te lleva a decir que sí y si realmente te sirve.
Cuando tengas identificadas las situaciones y tus inquietudes, llega el momento de poner en práctica los consejos que te damos a continuación. Y recuerda: tus razones para negarte ante algo son tan válidas y respetables como las de los demás.
Practica el “no”
Discúlpate solo cuando sea necesario
Disculparse después de negarse no es algo malo. Se trata de que la disculpa no sea desmesurada porque sino debilitará la negativa que has dado. Puedes disculparte de forma moderada diciendo “Siento tener que decir que no a tu propuesta” o “Lo lamento, pero la respuesta es no”.
Sé empático, no simpático
No hay que confundir ambos términos. Ser empático implica escuchar al otro, mientras que la simpatía se limita a responder. Normalmente respondemos “sí” para caer bien y tener la aprobación de la otra persona. Así pues, busca ser empático.
Dí un “no” rotundo, pero sin agresividad
Las maneras son importantes, por lo que es importante decir no sin ser agresivo, de forma clara y calmada.
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